A los 7 años creo que me nació la primera necesidad (compartida) para emprender algo. Jugaba con mi hermana de 5 en la puerta de la casa y de un momento a otro decidimos vender "menús". Imaginamos que nuestra casa era un gran restaurant, y por su puesto, en ese momento lo fue, en sólo 5 segundos, en nuestra mente. Los siguientes 10 segundos fueron: "y ahora, cómo atraemos a los clientes?" Entonces, corrí y saqué la pizarrita en la que intentaba enseñarle a leer a mi hermanita, y escribí grande: "Menú" Luego dos platos: Seco con Frejoles y Aji de Gallina.
Listo, lo ponemos sobre este tronco, y tú los invitas a pasar, dije. Entonces, mi hermana se convertía en la primera "jaladora" del negocio.
Así, llegó una pareja de esposos, que no sé si nos siguieron el juego o se la creyeron en serio, pero cuando estaban por entrar a la casa nos dimos cuenta que aún ésta no era un restaurant como lo habíamos imaginado. Los señores sonrieron y se fueron; a nosotros nos dio un ataque de risa, no estoy seguro por qué, pero así fue y las ideas de emprendimientos nunca cesaron de llegar a nuestras cabezas.
Hoy recordé esto mientras leía hoy un artículo en lagaceta.com.ar y que comparto en el siguiente enlace: El emprendedor es un creativo por naturaleza .
En la foto, de izquierda a derecha, @mysuel, Pável y Marcela, parte de un nuevo equipo formado por emprendedores en busca de hacer realidad sus ideas.
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